Camino día 1 hasta la mar, Camino a Finisterre-Muxia
Mi camino no tiene como meta final Santiago, por tercera vez me pongo en ruta a Finisterre. Por tercera vez dormí en el Seminario Mayor, en la Hospedería San Martín Pinario. Esta vez me tocó patio interior, una de las habitaciones interiores que no te dejan ver el exterior con vistas ámplias y bellas, la ciudad y sus tejados, calles a vista de pájaro, que se disfrutan desde las habitaciones exteriores. El amanecer, la mirada al este me brindó este contraluz con la silueta de una de las torres de seminario.
Las habitaciones de oferta pública, muchas ocupadas por peregrinos, son individuales, son las "celdas" ocupadas desde sus inicios por los estudiantes del seminario, habitaciones austeras y prácticas que disponen de los servicios principales. Están muy solicitadas, por ello que en tiempo de demanda es necesario hacer reserva con algún día de adelanto.
El Seminario Mayor u Hospedería San Martín Pinario está frente la cara norte de la catedral, para acceder a la plaza del Obradoiro y a la calle que te saca de la ciudad rumbo al oeste destino a la mar.
Fachada del Parador Hostal Reyes Católicos y Rúa Das Hortas, entre Parador y Plaza del Obradoiro, que nos lleva fuera de la ciudad camino de la mar.
Las tres veces que he caminado por esta calle lo he hecho a igual horario, primeras horas del día cuando el sol aún no ha despuntado de los montes gallegos. Es ese horario cuando discurrimos por la rúa como hojas llevados por el agua, ciudadanos adormilados con destinos diferentes, muchos son adolescentes que inician los primeros caminos, son el contrapunto a los que nos dirigimos al final del mundo.
Camino con los cascos puestos, recibiendo información de los acontecimientos de Cataluña y reflexionando. Inaudito que los independentistas hayan cumplido su hoja de ruta mofándose de un gobierno de España y de todos los españoles, inaudito no tener en el gobierno gente capaz para solucionar políticamente un gran problema, inaudito que el gobierno caiga en la trampa de los otros.
Puente sobre el Rio Sarela, siempre le he visto como un arroyo pero que su cauce denota que hay momentos o circunstancias en los que llevaría caudal grande de agua. Estas aguas desembocarán pronto en el Sar y ya después esas crecidas aguas engordarán más el Ulla que muere en la mar.
Esa marca amarilla de flecha quebrada con la punta señalando la izda. y las letras de Finisterre coronándola, es propia de este lugar, miles de peregrinos la conservamos en nuestra memoria.
Pronto volvemos a sentirnos en nuestro terreno, tierra ocre aplastada por miles de pisadas bajo arcos que forman las ramos de los eucaliptos, robles y castaños.
Y... como la flecha amarilla permanente esta tienda de campaña, ropa colgada, botas en la entrada y bote junto cartel que solicita una ayuda. Siempre la he visto ahí, la primera vez, año 13, imaginaba dentro un peregrino que vive en el camino, después, septiembre del 16 en un indigente y hoy pensé en un "listo" que aprovecha esta vía internacional para vivir sin trabajar.
Este gráfico de la web de Gronze nos ayuda a conocer el recorrido y su perfil, moderados dientes de sierra hasta llegar a la sierra de Mar de Ovellas donde tendremos que superar un desnivel de 200 m, hasta el punto más alto.
El perfil de la primera peregrina que vi en la salida continúa protagonizando mi visión 30' después, entre los eucaliptos dominantes en estos montes gallegos de La Coruña.
Son las 10 de la mañana, la luz de largas sombras es intensa, no solo da más fuerza a los colores naturales también a quienes caminamos entre ellos; se agradece ya en estas fechas otoñales.
Un descenso continuado por carretera comunitaria nos lleva al valle Rego dos Pasos, limitado en su cara occidental por una sierra donde se encuentra el Alto do Mar de Ovellas, por él hemos de pasar para cruzar al valle siguiente en nuestro camino a Negreira, así es Galicia.
En el valle, poco antes de comenzar la subida, en la acera derecha pasamos por un modesto establecimiento hostelero, "Parrillada o Cruceiro", donde hice un buen repostaje con tortilla y cerveza. Un lugar recomendado.
El Alto do Mar de Ovellas es la subida más fuerte de este camino de Santiago hasta la mar, bien sea en Finisterre o Muxia, 200 m de desnivel. El sendero de ascenso es ancho y compacto, bien protegido del calor por la espesura del arbolado autóctono y de eucalipto.
No es difícil encontrar la actividad de la tala del aucalipto, el árbol predominante en este provincia de La Coruña. Este árbol se introdujo en España por un misionero gallego en Australia, año 1860, que enviaba semillas a su familia de Tuy. Este árbol destaca por su rápida capacidad de crecimiento y producción de gran volumen de madera, es por lo que es rentable en su uso en la producción de papel.
El tiempo no puede ser mejor en octubre y en tierra de lluvia, mejor para caminar aunque no para el campo y la ciudad, la sequía es un problema que amenaza con tragedia.
La orografia es casi plana, pocas las ondulaciones, inclinación descendente al punto final de la etapa de hoy.
Pronto llego a Ponte Maceira, son unos 4 kms desde el Alto do Mar. Este punto es de los más atractivos de esta vía post Santiago.
Terminan los descensos en valle y por él discurre el agua, a veces son arroyos o pequeños ríos, otras veces son grandes como el de esta ocasión o lugar, el Tambre. Muchas dificultades encontrarían los antiguos peregrinos para atravesar estos accidentes geográficos cuando no contaban con estos puentes.
Este de Ponte Maceira es bello, de hecho así se le conoce como "a Ponte Vella", tiene orígenes romanos, aunque su estructura actual es de origen medieval, siglos XIII-XIV, construido por los poderes de la Iglesia ante la necesidad de comunicar Santiago con las salidas marítimas, consta de cinco arcos de sillería y la bóveda del central, como se ve en la fotografía, es ojival.
Cruceiro a la salida del puente.
Esta foto la conocerán todos los caminantes de esta vía Finisterre o Muxia. Paso bajo la carretera, junto orilla del Tambre, una vía fresca que se agradece en tiempo de calor, no creo sea tanto en tiempo húmedo y de frio.
Siempre me he albergado en el Albergue San José. La primera vez, en el año 2013, me llamó la atención por ser diferente en diseño, modernidad y prestaciones. Más adelante, en la vía a la mar me refiero, pude comprobar que los albergues de esta vía eran más modernos y caros que los del Camino hasta Santiago.
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